Tras un correcto tratamiento térmico de las piezas, estas se sumergen directamente en el tanque de lecho fluido.
Este proceso asegura la uniformidad absoluta del espesor en toda la pieza, una gran adherencia e inigualable calidad del producto permitiendo que la protección de la pintura llegue a todos los recovecos de la válvula por difíciles que puedan parecer, esto es muy difícil de obtener con otros procesos de pintura convencionales.